Os pongo la contraportada, que me parece muy reveladora:
Nueva York, julio de 2002.
El periodista Laurent Courau, rodeado por cuatrocientos vampiros sumidos en un frenesí sonoro de hardcore, metal y rock gótico, descubre una asombrosa movida underground cuya realidad supera la ficción. Suspensiones, rituales de magia negra, consumo de sangre, colmillos, implantes, fiestas nocturnas... Los vampiros, en gran parte organizados en comunidades clandestinas inspiradas en las sociedades europeas del siglo XIX, proliferan en la actualidad en Estados Unidos, y ya empiezan a rondar por las calles adoquinadas de la vieja Europa, las megalópolis japonesas y los laberínticos guetos de Brasil.
Laurent Courau ha sabido combinar el relato de aventuras con una rigurosa investigación periodística que recurre incluso a testimonios inéditos. Vampiros nos invita a recorrer las profundidades de una misteriosa subcultura contemporánea en un viaje del que ningún lector sale indemne...
El libro viene acompañado con las fotografías de Lukas Zpira, el que ayudo a Courau a ponerse en contacto con estos grupos de vampiros, porque no es nada fácil que ellos te acepten y, menos aún, que respondan tus preguntas. El autor nos muestra los grupos y guetos existentes en Nueva York principalmente, pero no se detiene allí, estos grupos también se han extendido a Europa (sobre todo las ciudades de París y Amsterdam). Es un movimiento originario de América, cuyos lideres, entre los que se cita a Father Sebastiaan, Father Vincent y Marcos Drake, siguen extendiéndolo a todas las ciudades del mundo.
En este libro descubrimos una subcultura que tiene sus propias creencias y una particular forma de ver la vida. Todos ellos se ven a sí mismo como vampiros, pero hay que señalar que no se perciben como seres inmortales y que el sol les daña y demás atributos del vampiro de la literatura; no, ellos son realistas, pueden salir a la luz del sol, trabajan como cualquier otra persona, etc; su particular reside en que se perciben como una clase de depredadores, que necesitan absorber la energía vital de otros seres vivos para suplir su carencia. Son los llamados "vampiros psicológicos". Cuando hablan de su "despertar", utilizan siempre términos que podrían ser extrapolables a cualquier tipo de religión. Da la sensación de que ser vampiro para ellos es casi como ser miembro de un grupo religioso.
Victoria Francés con colmillos de Father Sebastiaan.
Entre ellos mismos existe la diferencia entre "vampiros psicológicos" y "vampiros sanguíneos" (aquellos que beben sangre). Son muy conscientes de los peligros que acarrea beber sangre de otra persona y, aquellos que lo practican, suelen beber siempre de las mismas personas (casi siempre de la pareja). Pero entre ellos también existen rencillas y diferentes formas de percibir el vampirismo, casi todos llevan colmillos postizos que se ponen en las ocasiones especiales. Un libro muy interesante y revelador de esta subcultura.
Lectura obligada para aquellos interesados en este fenómeno. Descubrirás ritos, prácticas, personajes importantes, ciudades claves, fiestas, simbología etc. Gracias a este libro ya tengo fichado algún otro de Michelle Belanger, una de las principales cabezas de la movida vampírica y que más se ha preocupado por difundir el vampirismo y acabar con tópicos puritanos que los tachan de endemoniados y colgados.
2 comentarios:
Yo vi un documental que hablaba sobre esto, si encuentro el nombre te lo paso porque era muy interesante.
Es muy curioso cómo se han convertido en una subcultura con identidad propia.
Si encuentras el documental de este hombre me encantaría verlo :).
Un besito guapa.
Ala! pues si pudieras pasármelo me harías un favor ^^
en Amazon venden el documental, pero ya te digo que solo esta en inglés y francés (si vas bien con los idiomas puedes entenderlo).
un beso!
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