miércoles, 2 de agosto de 2017

Mandrak Moor. Mater luna, de Victoria Francés

Después de dos meses sin escribir, por algún problema tanto de estudios como de médicos, hoy traigo una breve reseña de la nueva obra de Victoria Francés, que publicó a principios de mayo, coincidiendo con el Salón del Cómic de Barcelona de este año.

Antes de todo, quiero comentaros que he separado e este blog la parte más relacionada con el manga, anime y cómics, y he creado otro blog: Distrito Tokyo. ¿Por qué? Porque yo escribía en una página web, mangaes.com, sobre estos temas, pero dicha página se ha cerrado, y por una necesidad que sentía de hacer algo más profesional, algo más relacionado con mi profesión periodística, he creado ese otro blog, donde cuelgo noticias y reseñas tanto de manga, películas, cómics, anime, videojuegos, etc. Todo relacionado con el mismo mundillo.

https://distritotokyo.wordpress.com/

Por tanto, esta misma reseña la he realizado también en ese blog, si queréis leerla completa podéis hacerlo a través del siguiente enlace.

En esta ocasión, Victoria Francés continúa por la senda que inició en Misty Circus, un dibujo más infantil, con un argumento más ligado a la magia y brujería, pero desde una mirada adulta y, me atrevo a decir, sobre todo muy wiccana o neopagana. Así, Francés nos presenta dos historias con dos personajes diferntes. Por un lado tenemos a Lunnula, una joven bruja descendiente de un antiguo linaje, pero a la que se le ha impuesto una maldición: su vientre no puede engendrar vida. También conoceremos a Sionna, otra joven bruja que nació del seno de la tierra y fue criada en el bosque por una camada de zorros.

Como se aprecia en los dibujos, y también en las historias de ambas protagonistas, la obra esta plagada de elementos relacionados con el neopaganismo o la religión wicca: el caldero como símbolo de fertilidad y del lado femenino, la escoba como representación de la masculinidad, el poder de la diosa madre luna, la importancia de la naturaleza, etc. La misma Francés deja constancia de ello en el texto final que dedica al lector, haciendo un llamamiento tanto al cuidado de la naturaleza como ha despertar el lado femenino que representa la diosa madre. Pero la obra no sólo se queda en las páginas del libro, sino que también ha tomado forma corpórea como muñecas, algo que veremos en las páginas extras, donde se nos especifica el proceso de creación.


En cuanto al dibujo, en esta ocasión, Francés conjuga el estilo que tenía en Fávole con el infantilismo de Misty Circus, presentando unos escenarios melancólicos y oscuros, conjugados con unos personajes con rasgos dulces y aniñados, pero siempre con su sello inconfundible, y de una belleza maravillosa.


Como muestra de esto, os voy a dejar el video realizado por CP FairyLand (empresa encargadas de las muñecas) realizado a la muñeca de Lunnula: