lunes, 20 de septiembre de 2010
Ella, Drácula, de Javier García Sánchez
Esta novela histórica narra la terrible vida de la condesa Erzsébet Báthory (en algunos sitios, Elizabeth Bathory, 1560 - 1614), que vivio en el siglo XVII en Hungría y que por sus terribles acciones se la denomino la Condesa Sangrienta. Durante ocho años secuestró, torturó y asesinó salvajemente a setecientas chicas.
El autor pasó dieciocho años recabando información sobre esta mujer y dos años más en el proceso de producción del libro.
El libro recrea cada una de las torturas y vejaciones a las que sometia a las muchachas que caian en sus redes, de tal forma que a veces dan ganas de dejar el libro durante un momento para borrar la imagen de tu cabeza.
Al principio fue por diversión, ya que sentía un gran placer al ver el sufrimiento ajeno. Pero todo cambio un día mientras se arreglaba. Una de las criadas le tiró del pelo al pinarla, y la condesa le dio un bofetón tan fuerte que unas gotas de la sangre de la joven calleron sobre su rostro. La condesa vió mejoras en su piel tras el contacto de la sangre, puesto que lo que más la aterrorizaba era envejecer. A continuación, mandó contruirse aparatos que desangraran a las jovenes (como la Dama de Hierro) para poder bañarse en su sangre y conseguir la juventud eterna.
Finalmente, tras los cientos de desapariciones y el mal olor que salía del castillo, encontraron los cadaveres de las jovenes y la culparon de asesinato. Al ser noble, la condenaron a vivir emparedada en su cuarto hasta el día de su muerte, con una pequeña abertura para proporcionarle alimento y por la que el cura le pedía la confesión, a lo que la condesa solo respondía: "Eran mis tierras, eran mis gentes." Pasó cuatro años antes de que muriera.
Esta novela nos acerca más al origen del mito del vampirismo, pero lo más soprendente es que esta historia no es ficción, sino la más pura realidad. Un libro para todos aquellos que quieran conocer los confines más oscuros y sadicos del alma humana.
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